Diariamente, encontramos diversas situaciones en la vida empresarial (laborales, administrativas, de desempeño, etcétera) a las que no podemos permanecer indiferentes y en las que se puede asumir diferentes posiciones de liderazgo ante su grupo de trabajo. Para mantener una actitud proactiva es necesario que cada quién reflexione como lograr la sinergia necesaria para encontrar la solución a los problemas sin enfrascarse en ellos.

El éxito de todo equipo está, precisamente, en el trabajo coordinado y en el deseo de llegar a una meta cumpliendo un objetivo común. Para ello se requiere un guía que oriente los esfuerzos del personal. Pueden existir diversos tipos de liderazgo para lograr los objetivos. El líder cuenta con unas características como persona y asume su autoridad para tomar las decisiones en la empresa, lo que permite identificar al que confía en la ayuda de su equipo de trabajo para buscar solución a los problemas y siempre está dispuesto a analizar otras alternativas, que en algunos casos pueden ser mejores que las planteadas por el. A menudo se le escuchan palabras de motivación y de reconocimiento al personal y considera que las decisiones en grupo pueden beneficiar a todos, además, si comete un error lo reconoce sin dudarlo y busca solucionar el problema lo antes posible. Otro es el que con su poder logra resultados sometiendo a los demás, conoce poco a su equipo y mucho menos sus necesidades, está siempre alejado de sus colaboradores y toma las decisiones sin consultar con nadie. Y el que da la libertad total a su grupo y solo participa en alguna decisión si es consultado.

Entre estas personas, fáciles de identificar en toda empresa, se desarrolla un proceso de actitud de servicio al cliente reflejo del ambiente interno de la organización. En estas épocas de grandes trasformaciones lo que se debe buscar es el crecimiento del grupo, desde el gerente hasta el operario, sobre una base axiológica común a la organización, lo que beneficiará al cliente. Para lograrlo se requiere de líderes que no teman perder el control de la situación, unos empleados honestos, amables y con espíritu de servicio, a los que no sea necesario supervisar constantemente y que cada uno cuente con un criterio claro en su labor diaria, concibiendo al cliente como la base fundamental en la supervivencia de la empresa.

Para definir cuál es el papel desempeñado en la empresa, el líder debe propiciar el engranaje de unas metas comunes por alcanzar, logrando que la frase de Henry Ford “unirse es un comienzo; seguir unidos es progresar; trabajar unidos es tener éxito”, sea el comienzo para el verdadero trabajo en equipo.

Denuncia de la semana: Un lector comenta que visito un droguería ubicada por la avenida libertadores cerca de las once de la noche. Parqueo el carro y desde el vehículo observó que las luces estaban medio apagadas y que habían cuatro personas en el local; tres hombres y una mujer, por eso, se bajo y se acerco a la ventana y, simplemente, con la mano le decían que se fuera. El lector pregunta: ¿Qué pasaría si el que se acerca es el dueño o uno de los familiares de los empelados, será que lo atienden, o le harán el mismo gesto? y concluye que si le hubieran atendido esas personas habrían salvado una vida, simplemente, con vender un medicamento para la fiebre?. Haga sus comentarios en http://mercadeoaldia.blogspot.com/