11 de febrero de 2007

Inicia una temporada académica en la educación superior y Mercadeo al Día no puede ser ajena a la realidad de los profesionales que tienen en sus programas asignaturas de mercadeo o publicidad. Administradores, Contadores, Médicos y, lógicamente, mercadólogos, asumen el reto en la formación de comprender al consumidor para diseñar la mejor propuesta a un consumidor atestado de mensajes por el teléfono celular, la televisión, la caja registradora de un supermercado y los medios tradicionales audiovisuales (radio, impresos y televisión). Por eso, la lucha es más fuerte cada día para lograr la preferencia de la gente cuando decide comprar un producto o servicio.

Ante un panorama lleno de retos, es importante cuestionar los programas que los estudiantes llevan en las áreas de mercadeo para darse cuenta de que en algunos casos parecen documentos propios de fundamentos de administración, en los que los virtuosos de la teoría administrativa Taylor y Fayol sirven de base para fundamentar sus hipótesis en los estudiantes. Esas teorías válidas en la actualidad como base conceptual difieren en la vida práctica con los conceptos de mercadeo moderno; pues, un arte como lograr que la gente sea seducida por una marca no puede estar sujeto a un concepto igual profesado durante años. Hoy los programas de mercadeo deben tener una parte de visualización del futuro comercial de las empresas ante unas personas cada día más exigentes, mejor informadas y conocedoras de las acciones que las empresas hacen para lograr la venta.

Es de analizar por los catedráticos la actualización de los contenidos de las asignaturas de mercadeo para que sean ajustados a la realidad empresarial y a un entorno fronterizo en constante evolución. De igual valor resulta el enfoque que se haga al mismo alumno para que sea el mejor director, jefe, coordinador o la denominación que desee de su imagen. Es notorio encontrar jóvenes con excelentes conocimientos y hábiles para solucionar problemas, pero que carecen de una estrategia clara para diferenciarse de los demás y sobresalir hasta llegar a posicionarse en el mercado como profesionales exitosos. La responsabilidad no está en las universidades que son el medio de la formación sino en los formadores de una juventud competitiva que sea capaz de proyectarse personalmente y de proyectar las empresas de esta región.

Para tener en cuenta en el desarrollo de los programas o la exigencia de los estudiantes hay que reflexionar sobre la importancia del mercadeo y la publicidad como inversión y no como gasto; que el servicio al cliente cuesta, pero que más cuesta un mal servicio; que el mercadeo y las ventas no son lo mismo; que unas buenas ventas son el fruto de una excelente estrategia de mercadeo. Estas son algunas reflexiones para iniciar el semestre universitario.

Denuncia de la semana de mal servicio: Cuántas veces, luego de comprar un electrodoméstico o un artículo tecnológico, busca solucionar las dudas sobre la breve explicación que le dieron en el almacén donde lo adquirió y recurre a las instrucciones. Desafortunadamente, ese documento está hecho de tal forma que solo es comprendido por quien lo diseñó y termina en la basura por la poca utilidad.