Érase una vez en un mundo muy cercano un personaje llamado `Vendedor´ que a diario planeaba el día para hacer sus visitas, satisfacer las necesidades de los clientes con los productos o servicios de la empresa, lograr las metas de la organización y sus metas. Un día, `Vendedor´ solicitó al jefe apoyo para hacer unas propuestas atractivas para los clientes, pero encontró un eco que no llegaba más allá de decir “tranquilo, `vendedor´ tú estás capacitado para hacer la propuesta” pero, `Vendedor´ replicó, “jefe necesito datos para preparar una propuesta estratégica”, y él le dijo, “tranquilo, somos los líderes del mercado y de seguro el cliente necesita de nuestro producto”. Otro día, `Vendedor´ pensó visitar a los clientes acompañado del jefe, pues, consideraba que por los años y conocimiento del sector de su mentor lograría mejorar las relaciones de la empresa con usuarios que no habían vuelto a comprar por deficiencias en el servicio. El jefe, debido a su omnipotencia y a las múltiples ocupaciones, como, jugar solitario en su computador, decidió enviar a `Vendedor´ solo, y cuando regresó no trajo ninguna buena noticia.

Otro día, `Vendedor´ decidió proponer que a los clientes se les regalara, al menos, un lapicero, un calendario o algún artículo que aparte de ser un detalle con el comprador sirviera para mantener la recordación de la marca entre los consumidores. Pero tampoco encontró respuesta favorable. Luego `Vendedor´ pensaba que se podía crear una base de datos para diseñar perfiles de clientes y después de segmentarlos mejorar las propuestas y ser más eficientes. Pero tampoco fue escuchado. `Vendedor´, cansado de proponer y darse cuenta de que los clientes le llamaban pero nadie le decía nada y de ver que prácticamente estaba solo decidió escuchar una propuesta de la competencia que lo seducía y se atrevió a aceptarla. Entonces, los compañeros de trabajo decidieron prepararle una despedida. Unos se alegraban de que se fuera y que nunca volviera y, otros, por el contrario, lamentaban su retiro. Al cabo del tiempo, casi todos los clientes que eran atendidos por `Vendedor´ se fueron para la nueva empresa. Entonces, el anterior jefe y los antiguos compañeros de trabajo empezaron a ver cómo cada día alcanzar las metas se hacía más difícil.

Ahora, después de esta breve historia, que probablemente nunca suceda, pues, usted diseñará un plan para que no ocurra, pregúntese internamente ¿de quién son los clientes, de la empresa o del vendedor?. ¿Por qué `Vendedor´ se lleva los clientes; por ser mal vendedor o porque le faltó a esa empresa un jefe que desempañará su función y trabajara cimentando excelentes relaciones comerciales y personales con esos compradores?. ¿Será que el jefe, debido a sus amplios conocimientos, no necesita capacitación y aprender lo que un verdadero líder puede lograr cuando va más allá de los gritos y las amenazas?. Luego de leer este artículo vale la pena recordar las palabras de Collin Pawell, ex Secretario de Defensa de Estados Unidos: “Cuando la gente le sigue a todas partes, aunque sea por curiosidad, habrá alcanzado la excelencia como líder”.

Denuncia de la semana de mal servicio al cliente. ¿Cómo se llama el cliente de un médico? ¿el de una aerolínea? ¿el de una universidad? ¿Y el que paga los impuestos?, pues, tanto pacientes, como pasajeros, estudiantes y contribuyentes merecen ser bien atendidos, pero, no hay médicos para que toda la gente tenga una buena salud; aerolíneas para que se pueda volar con comodidad, a tiempo y con buenas tarifas; profesores para formar los nuevos profesionales; ejecutivos o empresarios del país, y, menos, la gente suficiente para controlar no solo el contrabando sino atender con comodidad, ágil y oportunamente a los contribuyentes que son los que pagan los impuestos con los que, curiosamente, se le paga a más de un funcionario de la publico en el país, entonces, ¿Por qué las demoras, las congestiones, la cantidad de trámites? De seguro si los trámites ante el gobierno fueran sencillos los usuarios, es decir los contribuyentes, no le harían conejo al Estado.