25 de marzo de 2007

Diariamente, miles de empresas invierten millones de pesos en la formación del equipo de ventas y en la búsqueda y selección del mejor personal para desempeñar un cargo, que por sus características no solo requiere de una buena formación sino de una actitud vendedora.

Pero parece que ese dinero se fuera a la caneca cuando encontramos vendedores que no lo son, o personal de ventas que sencillamente son “noderos”, pues, a todo lo que un cliente pregunta le dicen no. Por ejemplo: en un restaurante una persona puede preguntar si hay carne asada, si no hay el mesero le dice que no, y el cliente se va. Si fuera vendedor la respuesta sería ofrecer otro producto o mencionar la especialidad del día o del cocinero. Lo mismo sucede en un almacén de ropa, pregunte por camisas amarillas, si no hay el supuesto vendedor dice: “no hay”, o a lo mejor en un tono sarcástico responde “no pregunte lo que no tenemos”.

Imagínese a un vendedor de seguros, pólizas de capacitación o teléfonos celulares al que un cliente le pregunte si puede ir a visitar a un amigo al que posiblemente le interese el producto que ofrece, y este le responda: “tendrá que ser otro día” en cambio de responder positivamente “y dónde le consigo o a qué teléfono le llamo”. Cuál sería el futuro de una tienda de barrio a la que los vecinos llegan a comprar lo del mercado del día y a las 9:00 de la mañana no ha abierto.

Algunos de los anteriores ejemplos, que van desde el ámbito empresarial hasta las fami-empresas, muestran la realidad de un entorno lleno de vendedores que no lo son, sencillamente, son tomadores de pedidos o personas que no están comprometidas con su trabajo. ¿Cuál será el futuro de esa grande o pequeña compañía en la que labore una persona con esa actitud hacia las ventas? ¿Cuántos negocios se han perdido porque el vendedor no tiene una tarjeta de presentación o una agenda para apuntar las citas? ¿Qué le pasará al núcleo familiar que depende económicamente de un vendedor que no lo es?

La reflexión no solo va para los departamentos de recursos humanos o las personas que hacen la selección de los nuevos trabajadores, sino para quienes trabajan con esa actitud para que analicen cuál será el futuro en un entorno cada día más agresivo comercialmente. La recomendación, lea La Carta a García, seguro le ayudará.

Denuncia de la semana: Le han preguntado en el aeropuerto antes de abordar “le gustaría ser el pasajero voluntario”. Pues, el que no sabe cree que es para algo beneficioso, pero, ojo si tiene urgencia de regresar responda negativamente. El pasajero voluntario es una figura que usa una importante aerolínea para poder llevar a esos pasajeros que necesitan viajar de urgencia y pagan un valor adicional al que con tiempo hizo su reserva.

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