31 de Agosto de 2008


Albert Einstein mencionó que “en épocas de crisis la creatividad está por encima del conocimiento”, por eso, hay infinidad de casos en los que gente con poca preparación académica son dueños de empresas que nacieron de una idea y fueron perseverantes hasta que a pesar de los problemas la llevaron a cabo con éxito. Otros, que hacen la misma labor en una empresa durante años, se estancan o se vuelven conformistas. En el momento que la compañía a la que le han servido por años decide hacer cambios en el personal, con seguridad, los despiden. Solo unos pocos logran sobrevivir, se reponen y, curiosamente, toman la decisión de montar un negocio. Lo mejor que le puede pasar es que lo despidan del trabajo, porque en ese momento debe recurrir a la creatividad para no morir de hambre. Si usted está falto de creatividad, le recomiendo el libro escrito hace más de 2.000 años en la India por Mallanaga Vatsyayana; además, si lo desea, puede bajarlo por Internet con figuras y texto, se llama El Kamasutra. No se escandalice, pues, lo menos que encontrará no es pornografía, porque es un libro escrito con seriedad y rigor científico, y téngalo por seguro que luego de leerlo algo se le ocurrirá, o al menos la pasará mejor.

Profundizando en el tema de la creatividad ¿será que ejecutivos, empresarios y estudiantes son creativos? En el ámbito empresarial ¿será lo mismo la creatividad y la innovación? Muchos hablan de que creatividad e innovación son lo mismo. Para salir de dudas, la creatividad es la creación de ideas novedosas y útiles. La Innovación se refiere a la aplicación de esas ideas. De esta manera concluimos que no tienen el mismo significado. En la primera el peso cae sobre la formulación o la generación, y en la segunda, sobre el concepto de la implementación o la ejecución. Lo que pereciera ser una insignificante diferencia gramatical, es la principal brecha entre los dos conceptos.

Al responder al segundo interrogante del párrafo anterior, falta dar solución al primero poniendo de presente que la mayoría considera que ser creativo es un don que tienen aquellos que trabajan en agencias de publicidad con el nombre de “creativos publicitarios”, o de gente de mercadeo que se la pasa analizando datos para armar estrategias y por eso se considera que nacieron con una chispa extra, no observable en el resto de mortales. La verdad es que los seres humanos, en mayor o menor medida, son creativos. Tal vez en otros ámbitos, tal vez en situaciones límite, o en contextos impensados hasta para uno mismo. La creatividad es una potencialidad que está en todos y en cada uno y puede desarrollarse, estimulándola.

Algunas fuentes para lograr esos estímulos son, dedicando tiempo a algunas cosas para las que los profesionales de hoy, pareciera, “no haber tiempo”, como resolver un crucigrama de La Opinión; emprender la lectura de un tema que le apasione o preferiblemente de algo diferente a lo que habitualmente lee; ir al cine; mantener algún entretenimiento, rodearse de gente interesante que pueda aportar una óptica diferente a las percepciones; involucrarse en proyectos apasionantes. La fuente más rica está en observar a los niños, que con poca, pero sabia, experiencia, son los más creativos. Mi sobrina Mariana de los Ángeles de 6 años, en una visita a la ciudad me preguntó en el parqueadero de un centro comercial “¿tío, por qué ese carro esta triste y este otro alegre?” No entendí la pregunta. Reflexione qué había observado para sacar esa conclusión y comprendí que lo que veía eran la parte delantera de los automóviles. Algunos vehículos en su conjunto de faros, persiana y defensa, se ven más alegres que otras. Gracias, Mariana, me diste una lección de creatividad.