Las tecnologías de Internet aceleran el paso y se abren nuevas opciones para la mercadotecnia en la búsqueda del conocimiento del cliente, en aras de construir una relación de valor para la vida. En años recientes, la Web trasformó el modelo de comunicación construido por medio de la televisión, la radio y los medios impresos, permitiendo la democratización de la producción y la distribución de información. En pocas palabras, con la Internet, ahora, podemos poner contenido al alcance de grandes audiencias compitiendo con los medios tradicionales.

Tras la aparición de las tecnologías de redes sociales se ha abierto una frontera que habilita incontables posibilidades para los usuarios, las empresas y, en consecuencia, para seguir impulsando la evolución de la práctica de la mercadotecnia hacia una que sea conectada, medible, personalizada y orientada a relaciones de largo plazo con el cliente. Estas nuevas tecnologías de redes sociales, en la primera encarnación, han permitido el surgimiento de aplicaciones específicas como Orkut, Facebook, MySpace, LinkedIn, hi5 y muchas otras.

La importancia de este fenómeno para el mercadeo es obvia, dada la posibilidad que brindan estos espacios para estar con una oferta para los clientes en los sitios donde pasan más tiempo. Sin embargo, el entender a fondo las posibilidades de la Web social es lo que permitirá llevar el arte del mercadeo a una nueva dimensión en los años por venir. Sobre todo, llevarla del paradigma de simplemente impactar al cliente con un anuncio hacia invitarlo a ser el motor de difusión del mensaje de una marca.

En opinión de Alfonso R. Luna, director de Marketing para América Latina de Google Inc., hay cuatro elementos fundamentales en las tecnologías de la Web social. En primer lugar, permitir a los usuarios crear un perfil que los describa. Elementos que son vitales para todo profesional; edad, nacionalidad, lugar de residencia, estudios, hoja de vida, gustos, aficiones, información de contacto y cualquier otro elemento relevante de la vida. Por otro lado, la conformación de una gráfica social, algo que Brad Fitzpatrick define como “el mapeo global de las personas y cómo están conectadas”. Esto es el directorio o directorios de relaciones de cada participante en estas redes sociales, desde el nivel más simple que incluye sus amistades llegando hasta grupos de interés.

Si eres miembro de alguna de estas redes, estoy seguro de que en tu gráfica social se incluye el grupo de exalumnos de tu universidad o la causa ambiental o de tu preferencia, solo por dar algunos ejemplos. Si logramos la anuencia del usuario para acceder a su perfil y a su gráfica social, esto será sin duda la herramienta de mercadotecnia más poderosa que haya surgido en los últimos tiempos. El tercer elemento lo conforman esos sitios de redes sociales que presentan una oferta de plataforma de publicidad que, en mayor o menor medida, acceden a la información del perfil del usuario para dirigir publicidad. Así mismo algunos permiten la recomendación por parte del usuario de anuncios, ofertas o promociones hacia la gráfica social.

Es importante para los que practicamos esta profesión, abrazar la nueva posibilidad en toda su dimensión. En otras palabras, evitemos usar estas redes sociales como si fueran un televisor y aprovechemos el potencial completo de la mercadotecnia en la web social. Finalmente, el elemento que será el disparador de la web social es el surgimiento de interfases de programación que permitirán que todo sitio web tenga funcionalidad social y en consecuencia acceso al perfil, gráfica social y a las aplicaciones sociales del usuario, ya sea que éstas se encuentren en el sitio mismo de la empresa o en los de terceros.

Para concluir, si no está inscrito en una red social lo invito a que lo haga, también para que aprenda sobre esta tecnología y busque la forma de incorporarla a su mezcla de mercadeo.