Las empresas han empezado a ser conscientes que hay que modificar innumerables estrategias para hacer frente a los cambios que se están produciendo en el mercado y, especialmente, en los consumidores buscando que se dejen de vender productos o servicios y se enfoquen en vender marcas, conceptos de marca, estilos de vida o lograr generar beneficios emocionales en las personas por una marca. También, transformando el trabajo de atraer y atraer compradores por el de buscar fidelizarlos, enamorarlos o comprometerlos con una marca. Estas dos acciones permitirán que a futuro las organizaciones no le teman a la competencia sino a la incompetencia de los empleados y gerentes.

En parte esos cambios se están dando por el cambio vertiginoso que han tenido en los últimos años los medios de comunicación tradicionales dejando de ser los protagonistas en poco tiempo de las estrategias de comunicación de las empresas, pues, a la radio le llevó 30 años tener 50 millones de usuarios, a la televisión le tomó 13 años, en cambio Internet lo consiguió en cuatro años, el iPod en 3 años y Facebook cumplió esa meta en solo nueve meses. Es ahí donde están las oportunidades de lograr enlaces emocionales entre la marca y el consumidor y alcanzar audiencias económicas y en corto tiempo, tal como sucedió con una película que anda circulando en You tube en el que un joven hizo un video de música country para criticar a United Airlines porque le habían roto la guitarra y así logró más de medio millón de visitas, promocionó sus discos y hoy disfruta de su fama nada virtual.

Entonces, las empresas seguirán en su función de atraer o se centraran en el potencial que tienen las personas para recomendar, pues, a la gente le gusta contar con el consejo de los conocidos y de los amigos, nada mejor para hacer negocios y así ganan protagonismo los sitios en los que los consumidores escuchan la voz de sus pares con relación a las experiencias de compra. Por eso, escuchar a los consumidores es mucho más importante que preguntarles.
En el futuro la importancia que tendrán las marcas para las personas se centrara en la capacidad que la gente de las empresas tenga para entablar una relación con el consumidor. Cambiando la secuencia tradicional de captar al consumidor que es: 100% de conocimiento, 80% de preferencia, 60% de consideración y así llegar a una venta del 40% del total de contactados, dato que resulta curioso pues solo aplica en el 10% de las campañas. La propuesta es imponer un modelo en el que convergen el conocimiento y el compromiso, luego sigue la investigación, la clasificación y el diálogo para después lograr la consideración, la preferencia, la prueba y la venta. Hoy más que nunca hay que conquistar el corazón del consumidor para tener éxito y no hay que hacer una dicotomía entre lo que apunta la marca de la empresa y lo que quiere ser la empresa.