Por esta época, muchas personas adultas tararean “llego diciembre con su alegría mes de parranda y animación en que se baila de noche y día es solo juergas y diversión” y es cierto, está temporada se caracteriza por un cambio drástico en el comportamiento del consumo de las personas, y las empresas, hacen lo propio, aprovechar la oportunidad. ¿Entonces, quién es el responsable de ese cambio? ¿Serán las empresas que aumentan la cantidad de estímulos al consumidor y decoran mejor las vitrinas, cambian las bolsas, entregan folletos, hacen publicidad, reparten invitaciones y contratan más vendedores, entre otras? ¿Serán los compradores que en su afán de estrenar, regalar o disfrutar compran lo que sea sin importar si en verdad lo necesitan? o ¿Será la sociedad que impone a la gente costumbres como arreglar la casa, cambiar el vestuario, decorar la oficina o comprar alimentos que no se consumen habitualmente?

Entraríamos en el dilema de determinar quién tiene la culpa, pero, más que buscar culpables el interrogante es si la “mano invisible” de la que hablaba Adam Smith en su investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776) hoy está representada por el mercadeo. Smith decía “la combinación del interés personal, la propiedad y la competencia entre vendedores en el mercado llevaría a los productores, “gracias a una mano invisible”, a alcanzar un objetivo que no habían buscado de manera consciente: el bienestar de la sociedad”. Entonces, las empresas que hacen verdaderamente mercadeo van más allá de buscar el beneficio económico y buscan satisfacer las necesidades de las personas mediante los productos y los servicios que comercializan.

La reflexión de Mercadeo al día para está época es: ¿Para dónde va la sociedad que desecho la reunión familiar entorno a un pesebre hecho con ovejas y casitas por un árbol navideño que año tras año se le cambia la decoración para estar a la moda? ¿Qué pasará con las tradiciones de comer natilla y buñuelos preparados con el cariño de la abuela o la mamá si los hombres y las mujeres de hoy no saben ni preparar un huevo frito y prefieren comprar todo hecho? ¿Qué será de la tradición de la novena en familia cuando en la habitación de cada casa hay un televisor y una consola de video juegos y los niños están pasando los niveles de un juego o fascinados mirando los héroes y modelos modernos como el capo, las muñecas de la mafia o los pelafustanes de pandillas guerra y paz? Lo curioso es que los papas no dicen nada porque hay que dejarlos que desarrollen libremente su personalidad. ¿Dónde se quedará, la bendición a los hijos, los tíos y los hermanos y el abrazo fraterno si el saludo ahora es “hola cucho” o “pinta un bosque y piérdete? Y por último, ¿Por qué la gente prefiere comprar cosas materiales preferiblemente más costosas para enmendar el poco amor que le dan a la familia, la pareja o los hijos? ¿Será que la tradición del abrazo navideño se cambiará por el afán de correr de un almacén a otro buscando un regalo que de más alegría que una palabra cariñosa?

Pues, esta es la sociedad en la que los niños ya no hacen manualidades para regalar a sus padres sino que se limitan a pedir dinero para comprar. Los esposos ya no dicen palabras amorosas o hacen gestos de cariño sino que los remplazan por un lujoso reloj, ropa o una joya que serán canjeados por la pareja por algo similar como muestra de un amor materialista alejado de los sentimientos de pasión, respeto y honestidad. Hijos que abandonan la casa para irse con los amigos a consumir alcohol, drogas y demás, pues, es una pereza quedarse en la casa a compartir las experiencias del año y abrir un regalo que será valorado por unos meses hasta que aparezca algo que lo reemplace. La invitación esta planteada abandone la creencia que un regalo lo es todo. ¿Por qué mejor no hace las pases con esa persona que esta esperando una llamada para que usted le diga lo siento? ¿Por qué no visita a sus abuelos que los abandono a su suerte en un ancianato pues ya estorbaban en la casa? ¿Por qué no llama a sus hijos y sin importar su condición les expresa su admiración y deja el orgullo atrás para decirles lo mucho que los extraña? Definitivamente, la felicidad de esta navidad esta en su corazón y en la capacidad que tenga de dar a los demás no de lo que le sobra sino de buscar lo que le hace falta en sus seres queridos, además, el verdadero sentido de esta fecha es el nacimiento de Jesús.