Recibí varios correos de lectores haciendo comentarios del articulo del domingo pasado “Venda su imagen” en los que cuestionaban ese planteamiento, pues, sentían que a pesar de sonreír y hacer las cosas con pasión nunca tenían satisfechos a los jefes. Una de las opciones de respuesta fue enviarles esta respuesta que comparto con los que no se atrevieron a expresar su opinión. Un carnicero estaba a punto de cerrar su negocio cuando vio entrar un perro. Trato de espantarlo, pero el perro volvió. Nuevamente intento espantarlo, pero entonces se dio cuenta que el animal traía un sobre en el hocico. Curioso el carnicero abrió el sobre y en su interior encontró un billete y una nota que decía; Podría mandarme con el perro 1kg de carne molida de res y ½ kg de pierna de cerdo?

Asombrado, el carnicero tomo el dinero, coloco la carne molida y la pierna de cerdo en una bolsa y puso la bolsa junto al perro, pero olvido darle las vueltas del billete al perro. El perro empezó a gruñir y a mostrarle los colmillos. Al darse cuenta de su error, el carnicero puso el cambio del billete en la bolsa; el perro se calmo, cogió la bolsa en el hocico y salió del establecimiento. El carnicero, impresionado, decidió seguir al can y cerro a toda prisa su negocio. El animal bajo por la calle hasta el primer semáforo, donde se sentó en la acera y aguardo para poder cruzar. Luego atravesó la calle y camino hasta una parada de autobús, con el carnicero siguiéndole de cerca. En la parada cuando vio que era el autobús correcto, subió seguido por el carnicero. El carnicero, boquiabierto, observo que el can erguido sobre las patas traseras, toco el timbre para descender, siempre con la bolsa en el hocico.

Perro y carnicero caminaron por la calle hasta que el animal se detuvo en una casa, donde puso las compras junto a la puerta y, retirándose un poco, se lanzo contra esta, golpeándola fuerte. Repitió la acción varias veces, pero nadie rescindió en la casa. En medio del asombro, el carnicero vio al perro tomar la bolsa con el hocico, rodear la casa, saltar una cerca y dirigirse a una ventana. Una vez allí, toco con las patas en el vidrio varias veces sin soltar la bolsa; luego regreso a la puerta. En ese momento, un hombre abrió la puerta… y comenzó a golpear al perro !El carnicero corrió hasta el hombre para impedirlo, diciéndole: Por Dios, amigo ¿qué es lo que está haciendo? su perro es un genio…. es único. El hombre, evidentemente molesto, respondió: Que genio ni que coño! esta es la segunda vez en esta semana que al muy estúpido se le olvidan las llaves y tengo que salir a abrirle cuando estoy en el baño.

La moraleja es: Por más que te esfuerces y cumplas mas allá de tu deber en el trabajo, a los ojos de un jefe siempre estarás por debajo de lo que él quiere. Por eso, la fórmula mágica para lograr un mejor desempeño empresarial se basa en que el gerente se dedique a reclutar y seleccionar a la mejor gente para trabajar a su lado valorada más desde las ganas que desde lo que sabe, pues, si tiene ganas con seguridad aprenderá a hacer cualquier cosa. Este es el enfoque actitudinal que usan las grandes empresas lo que demuestra que los procesos de selección han cambiado a tal punto que ya no basta con leer la hoja de vida para comprobar si el género del entrevistado es femenino o masculino, dónde estudio o con quién vive. Es mejor saber cómo visualiza el futuro y de qué manera el ser dinámico, entusiasta y responsable lo puede llevar a lograr ese objetivo en beneficio de la organización.