Publicado en 1989, y titulado originalmente “The Seven Habits of Highly Effective People”, los siete hábitos de la gente altamente efectiva es un libro de autoayuda escrito por Stephen R. Covey. Desde su publicación inicial, se han vendido más de 15 millones de copias en treinta idiomas. En esencia, el libro lista una serie de principios de acción, que una vez establecidos como hábitos, ayudarán al lector a alcanzar un alto nivel de efectividad en los aspectos relevantes de su vida. Covey argumenta que dichos hábitos están basados en principios de carácter ético que a diferencia de los valores, son atemporales y universales.

Después de 21 años de su publicación hay ejecutivos que al leerlo adoptan los hábitos y encuentran técnicas para adaptarlos a la vida personal realizando un cambio de paradigmas antes de incorporarlos al entorno profesional. Un paradigma, según lo presenta el autor, es la forma en que un individuo percibe algo. Si queremos introducir un cambio en nuestras vidas, dice, “deberíamos enfocarnos primero en nuestras actitudes y conductas”. Los tres primeros hábitos hablan de autodominio. Llevan a un individuo de la dependencia de otros a la independencia. Los hábitos 4, 5 y 6 tratan de trabajo en equipo, cooperación y comunicación. Esos hábitos procuran llevar a una persona de la dependencia a la independencia y luego al nivel superior, la interdependencia, que es la dependencia mutua. El hábito 7, abarca todos los otros hábitos para ayudar al individuo a trabajar hacia la mejora continua. A continuación, una breve planteamiento de Covey con la invitación a leer su libro.

Hábito 1. La importancia de ser proactivo. El autor dice que somos responsables de nuestras propias vidas. Por lo tanto, poseemos la iniciativa para hacer que ocurran cosas. La gente proactiva, no culpa a las circunstancias de sus conductas sino que advierten que la conducta viene del propio consciente. El otro tipo de persona es reactiva, o sea que es afectada por su entorno social y físico. Esto significa que si el tiempo es malo, su conducta y su actitud también se ven afectadas.

Hábito 2. Comenzar con un fin en mente. Uno tiene que saber a dónde quiere llegar para poder poner la proa en esa dirección. La mejor manera de hacer esto, dice, es desarrollar una declaración de misión. Luego sí se puede identificar el centro de la atención.

Hábito 3. Primero, lo primero. Sabiendo el lugar al que quiere llegar debe dar prioridad a las cosas que son importantes y no urgentes fortaleciendo su actitud.

Hábito 4. Pensar en ganar – ganar tratando los seis paradigmas de interacción, que son ganar/ganar, ganar/perder, perder/ganar, perder/perder, ganar y ganar /ganar o no hay arreglo. Las analiza a todas y cada una como posibilidades de opción para concluir en la recomendación de ganar/ganar, en la que todos se benefician con algo.

Hábito 5. Primero hay que entender y recién después tratar de ser entendido. Procura buscar los medios de la comunicación efectiva, el acto de escuchar para entender es presentado aquí como “escucha empática”, o sea que uno procura meterse en la mentalidad de la otra persona y ver las cosas desde esa perspectiva.

Hábito 6. Desarrolla la sinergia. El sinergismo en la comunicación nos permite abrir la mente a nuevas posibilidades o nuevas opciones sobre todo porque permite desarrollar estrategias para trabajar en equipo.

Hábito 7. Afilar la sierra. Es ampliar el mayor activo que uno tiene, que es uno mismo. Es renovar la propia naturaleza física, emocional, mental y social desarrollándose mediante la autoformación.

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