Generalmente ante la adversidad muchos se sienten fracasados y pierden el entusiasmo de seguir adelante, inclusive, andan de un lado a otro quejándose como “patos” sin hacer el menor esfuerzo de alzar las alas y volar como águilas. Sin embrago, aquellos que levantan vuelo pueden llegar a lugares que los patos no imaginan y lo podemos comprobar con dos taxistas el primero entrega a los pasajeros una tarjeta que descresta “Resuelvo sus chicharrones,” dice la tarjeta. “Necesita llevar a los niños al colegio, se los llevo. Necesita remontar unos zapatos, se los mando remontar. Necesita llevar la ropa a arreglar, yo se lo hago. Necesita recoger algo que compró, se lo recojo.” Y así la tarjeta continua con una veintena de alternativas de diligencias posibles. Con esa estrategia lleva comprados 3 carros y con todos tiene este esquema de tarjetas y una actitud pegajosa.

El otro taxista considera que el servicio es una alternativa que está en la mente de las águilas y cuando se acerca a un pasajero lo primero que impacta es que el taxi está limpio y brillante. El chofer muy bien vestido con una camisa blanca, corbata negra y pantalones negros muy bien planchados y cuando recoge la maleta alcanza un cartón plastificado que dice: Yo soy Wally, su chofer, mientras pongo su maleta en el portaequipaje me gustaría que lea mi Misión. “Hacer llegar a mis clientes a su destino final de la manera más rápida, segura y económica posible brindándole un ambiente amigable… Al subir, Wally pregunta, ¿Le gustaría un café? Tengo unos termos con café regular y descafeinado. Pero si usted no desea esa bebida “No hay problema tengo un conservador con Coca Cola regular y dietética, agua y jugo de naranja. Luego pregunta “Si desea usted algo para leer, tengo el Wall Street Journal, Time, Sport Illustrated y USA Today…” También, le ofrece conversar o, si prefiere lo dejaría solo en sus meditaciones. …

Ante ese panorama cualquiera preguntaría ¿siempre ha atendido a los clientes así? Y la respuesta sería “No, no siempre. Pues, los primeros 5 años dedicó la mayor parte del tiempo a quejarse igual que el resto de los taxistas. Pero, un día escucho a Wayne Dyer un “Guru” del desarrollo personal que planteaba “Tú lo obtendrás cuando creas en ello”. Dyer decía que si tú te levantas en la mañana esperando tener un mal día, seguro que lo tendrás. El decía, “Para de quejarte” Se diferente de tu competencia. No seas un pato. Sé un águila. Los patos hacen bulla y se quejan, las águilas se eleven encima del grupo. Desde ese entonces, cambió la actitud y decidió ser un águila. Miro alrededor otros taxis y sus chóferes… los taxis estaban sucios, los chóferes no eran amigables y los clientes no estaban contentos. Entonces decidió hacer algunos cambios. Uno a la vez. Cuando los clientes respondían se animaba a hacer más cambios y en su primer año duplicó los ingresos con respecto al año anterior. Ahora, tiene clientes que hacen reserva a través del celular o dejan mensajes en mi contestador.

Wally el taxista tomó una diferente alternativa. El decidió dejar de hacer bulla como los patos como los patos que siempre encuentran miles de razones por las que no pueden hacer nada diferente y volar por encima del grupo como las águilas. (También se debe aplicar en la vida diaria, la felicidad, el amor, estado de ánimo…etc., todo dependen de uno mismo). Definitivamente, voy por el águila. Los patos hacen bulla – Las águilas vuelan ¿y usted con cual se identifica?.