Se celebró recientemente el día del Administrador de Empresas por parte de las escuelas de Administración de América Latina y de frente a esa celebración es preocupante la manera en que se empiezan a socializar los resultados de un estudio de la Universidad de Harvard que concluyó luego de investigar a empresarios de Norte América que el 76% de los entrevistados no sabe el rol que un Administrador desempeña en una organización y que la mayoría de los que han cursado un MBA hacen de parte de pequeñas élites corporativas locales lo que frena el desarrollo social de las organizaciones.

Pero más allá de los resultados del estudio y de la celebración hay innumerables retos que las generaciones de administradores deben enfrentar y que se presentan a manera de propuesta para los lectores. El primero es que los profesionales que gestionarán recursos corporativos deberían presentar exámenes prácticos para demostrar la capacidad gerencial y el logro de resultados no sólo financieros sino enfocarse en el desarrollo de la gente de la compañía y de la comunidad en general teniendo en cuenta los enfoques de responsabilidad social empresarial basados en capacidades actitudinales indispensables para afrontar los retos con pasión.

El segundo reto sería que los ejecutivos realizarán juramentos similares a los que hacen los médicos en el que se comprometan a ejercer la ética empresarial y los reglamentos corporativos y centrarse en el respeto a las bases axiológicas de cada compañía para evitar ser influenciados por la corrupción, malos manejos, sobornos y hasta el acosos laboral aspectos que desafortunadamente se han empezado a convertir en vicios de la gerencia actual tal como ha sucedido en múltiples sectores económicos como la salud, la educación y la política, entre otros, y que afectan la imagen de la administración.

El tercero, está representado en la adaptación de los profesionales al manejo de varias lenguas teniendo en cuenta la influencia de la tendencia global que demuestra que países como Brasil y China serán abanderados en los procesos de negociación de las empresas modernas lo que hará que idiomas como el Portugués y el Mandarín sean agregados en la configuración de la persona a los tradicionales Inglés, Italiano y, Francés. Indudablemente el reto del idioma debe estar acompañado por la redacción, ortografía y hasta la capacidad de expresión verbal y corporal para que la comunicación permita hacer negocios en cualquier parte del mundo.

El cuarto reto que sin ser el menos importante hace referencia a los fenómenos de la internacionalización de las economías y enfrentarse al conocimiento de la legislación de otros países, sus fortalezas o debilidades económicas y hasta los movimientos sociales y culturales hará un administrador con una visión de 360 grados que pueda actuar bajo la premisa del pensamiento “global” aquel en el que se toman los movimientos globales adaptándolos a los enfoques locales para lograr mayor efectividad en la gestión.

El quinto y último, es que las personas de esta noble profesión mantenga presente la mente de niños con la que nunca dejen de sorprenderse con un viaje o en las visitas a otros países para poder aprender y lograr explorar nuevas alternativas de solución a los múltiples problemas que a diario enfrentan en la gestión. Además, les permitirá ser nobles y humildes para no andar como nuestros políticos montados en camionetas para estar 20 centímetros por encima de las demás personas que curiosamente fueron sus electores. Hay más retos pero queda formulada la reflexión para que usted me cuente qué otros retos enfrenta la administración moderna.