Peter Drucker argumentaba que planificar el futuro de una organización es como conducir en la noche por una vía sin luces y con el panorámico sucio, solamente, mirando el espejo retrovisor. Esta analogía hace referencia a que los procesos de planificación se basan en el camino que se ha recorrido que es afectado por innumerables factores incontrolables y sobre el análisis de ese trayecto se determinan proyecciones y posibles cursos de acción.

Una de las herramientas más valoradas por la gente de mercadeo es la cantidad de información con la que se cuente para fortalecer el pensamiento objetivo que se basa en cifras provenientes de estudios y minimizando el riesgo del ensayo error que ocasiona pérdidas cuantiosas de tiempo y dinero para la compañía. Esa información también se puede obtener mediante entrevistas personales con los grupos de interés y mediante la aplicación se sesiones de grupo, estas dos herramientas, generan información cualitativa que mejore el proceso de toma de decisiones.

Con esa cantidad de información se pueden análisis del comportamiento del mercado. Por ejemplo: Para que los negocios a futuro tengan una base sólida de clientes deberán aprender a estudiar el comportamiento de la Generación Y (nacidos entre 1982 y 1995) caracterizados por un alto interés en lo digital y, ya algunas empresas, empiezan a utilizar herramientas como la aplicación de espejos interactivos en los probadores de ropa, la utilización de pantallas táctiles para control de precios, publicidad en caja, la creación de sitios sociales donde los consumidores pueden interactuar entre sí, y el envío de descuentos personalizados a través de teléfonos celulares. Para estos jóvenes prevalece la forma como se relacionan con los canales de compra sin la necesidad de utilizar dinero físico sino tarjetas, pines, o claves que les puedan dar accesibilidad a una información instantánea sobre la disponibilidad del producto y el precio.

Recuerde que ante este panorama la creatividad juega un factor fundamental porque garantiza: Uno. La satisfacción de la demanda al combinar la tecnología y la infraestructura. Dos. La satisfacción de las necesidades de los clientes y la superación de sus expectativas permitiéndole la personalización de los productos y servicios. Y tres. El cumplimiento de los parámetros de rentabilidad del negocio ajustado a un contexto de avances tecnológicos y cambios en las expectativas de los clientes.

Sin embargo, no todo puede ser desarrollo apoyado en máquinas o programas, también, el recurso humano seguirá siendo la clave de los negocios en el futuro porque los avances de la tecnología no desplazarán la atención acompañada de una sonrisa. Existen estudios que demuestran que las ventas aumentan un 9% cuando los clientes son atendidos por empleados que poseen un alto grado de conocimiento del producto y demuestran fuertes habilidades interpersonales. En este sentido, las empresas deberán capacitar y reclutar empleados que representen los mismos intereses que los clientes y que posean capacidades para poner los recursos tecnológicos al servicio de los consumidores y sus necesidades.