Hoy el deporte mundial es un entretenimiento más gracias a la evolución de las telecomunicaciones. Hace 30 años, el fútbol se jugaba sólo los domingos y se vivía por la radio. Hoy es en pantalla gigante y en 3D para disfrutarlo todos los días y ver un partido que se trasmite desde cualquier lugar del mundo. En la última década, el deporte se convirtió en uno de los negocios más rentables para las grandes marcas. Los empresarios y los grupos económicos más importantes pusieron su mira en él, no sólo por lo que representa para los deportistas en general sino también porque los no deportistas lo siguen y disfrutan como espectáculo.

¿Cómo encajar el deporte en las estrategias de mercadeo? Simple, este espectáculo agrupa a hombres, mujeres, gente de todas las edades, distintos niveles socioeconómicos, diferentes culturas, razas, religiones, entre otras variables de los consumidores y de acuerdo con la categoría y el tipo de deporte, la segmentación es posible, existe y es válida, además, permitirá que la marca logre una conexión con el carácter, miedos, alegrías, tristezas, aspiraciones, limitaciones e infinidad de otras características y todas estas se ligan con lo que el deporte significa para la gente: sueños, miedos, sacrificio, alegrías y tristezas, decisiones, aciertos y equivocaciones, pero sobre todo pasión.

Desde el punto de vista de un producto o servicio, parecería que este es el medio ideal para asociarse. Buena cobertura, buen rating, posibilidad de segmentar, todo bien, pero. ¿Cuánto está dispuesto a invertir y cuál es el objetivo? El deporte como medio es sumamente útil a los negocios; el desafío es buscar las mejores combinaciones de las distintas especialidades de mercadeo para obtener óptimos resultados.

¿Quién hubiera pensado hace diez o quince años atrás ver partidos del campeonato mundial de futbol en tiempo real por televisión? ¿Ver partidos de la Liga de baloncesto en directo? ¿Ver transmisiones de golf desde las canchas más famosas? El secreto estuvo en comenzar a asociar las marcas, los productos y los servicios a los deportes, equipos, jugadores o situaciones del deporte. En otras palabras, en lograr dar un contenido lógico y con valor a la comunicación con los consumidores. “Just do it”, “Nº 1 del mundo”, “El sabor del encuentro”, “Pasión por el fútbol”, “Viví tu pasión todos los días” y hasta el viejo y pasado de moda “Pasión por el deporte” que son las frases más famosos de las marcas más poderosas del mercado.

En otro plano esta todo lo referente a artículos que tengan que ver con clubes o deportes como indumentaria y merchandising y hay otras opciones para el negocio: los eventos o torneos por los cuales se pagan cifras increíbles para obtener los derechos de comercialización. Mundiales de fútbol, olimpíadas, finales mundiales, torneos de tenis de la ATP Tour, X – games y todo evento deportivo que sea de algún interés para los consumidores están en la lista.

¿Quiénes son los responsables de este monstruo? Nosotros mismos, los consumidores, que con nuestra pasión movemos a estos grupos a invertir miles de millones de dólares en este negocio. Parece gracioso, pero hay quienes hasta nos han puesto un precio como hinchas. Nos asignan un valor económico, nos multiplican por la cantidad de hinchas y listo. Ese es el potencial del club o equipo. Se estima el consumo promedio por cada uno y listo.

La pregunta es: ¿cuál es el límite? ¿Hasta dónde llegarán los intereses de estas corporaciones o grupos económicos, cuando un resultado puede hacer ganar o perder millones? Las reglas de juego cambiaron. No hay problema: cuidemos de no cambiar el juego. Si usted desea hacer algún comentario sobre este artículo haga click en el icono comentarios.