Inicia la puesta en marcha de muchos planes empresariales desde el plan de compras, presupuestos, recuperación de cartera hasta el plan de mercadeo que con mucha dedicación se diseñaron por cada una de las áreas responsables del éxito organizacional. Sin embrago, el plan de mercadeo condensa las acciones que se realizarán en un mercado determinado dentro de un espacio de tiempo y con unas metas claramente definidas por las que se trabajará para lograr la consolidación de la empresa y la satisfacción de los clientes.

Seguramente el documento preparado partió del análisis de la información recopilada en los estudios de mercado, análisis DOFA, determinación de los segmentos del mercado a los que se quiere impactar para formular los objetivos y estrategias, claro, sin olvidar el cronograma y el presupuesto, sin embargo, hay aspectos sobre los que se puede reflexionar para ajustar el plan, así lo que usted ya diseñó podrá ejecutarse con más probabilidades de éxito debido a que las condiciones del mercado son cambiantes y el plan no puede ser una documento inmodificable.

Una de las principales revisiones sería el determinar que tanto enfoque del plan esta dedicado a conseguir dinero para la organización y cuál sería la participación de las acciones que buscan lograr la satisfacción de los clientes. En este tema debería existir un equilibrio, sin embargo, hay organizaciones que desarrollan planes centrados en el dinero sacrificando la fidelidad, los beneficios a los clientes y eso solo generará efectos contrarios a futuro, pues, será más costoso tratar de recuperarlos.

Otro punto a reflexionar es los segmentos del mercado que se pretenden cubrir. Recuerde que el consumidor no es un ser inmóvil y hoy está mas y mejor informado para tomar sus decisiones de compra, así que ganarse su confianza debe ser una acción clave en todos sus emprendimientos comerciales. Si se logra esa familiaridad empezará a desarrollarse una relación constructiva que conduzca al “enamoramiento”, pues, un cliente ya no elige un producto o servicio sólo por la ecuación costo/beneficio, sino por la experiencia que ofrece antes de la compra, durante su consumo y posterior a la venta. Si la comercialización y el producto o servicio brindan una experiencia agradable y que satisface sus necesidades, el éxito está asegurado.

Los planes puede resumirse con tres preguntas que han permitido su evolución: ¿Tengo un producto y a ver cómo lo vendo?”, ¿Tengo un cliente y a ver qué le vendo? Y en nuestra época ¿Tengo un cliente y el reto es ver qué hago para que me siga comprando? Esta última es la pregunta fundamental, es como habitualmente lo digo en mis presentaciones, “Hoy no se trata de darlo, sino de darlo tan bien que se lo sigan pidiendo y hasta lo recomienden”.

Bien los decía Bernd Schmitt profesor de la escuela de negocios de Columbia en New York hay que generar cinco vías para crear experiencias para enamorar a los clientes: Percepción: comprensión e interpretación de los estímulos que percibirá el cliente. Sentimiento: Referido a los estados emocionales que son mas fuertes y descansan en la experiencia recorrida en la relación. Pensamiento: Es estimular a la reflexión. Acción: Tiene que ver con los estilos de vida y las conductas de los consumidores. Y la relación: son aquellas que edificamos con nuestra comunidad influenciable más allá de los clientes. Así que manos a la obra.