Iniciando el módulo de una especialización decidí empezar con una corta historia. Se trata de un medallista olímpico en la especialidad de Karate que cansado de la fama se fue a vivir en una pequeña ciudad. Un tiempo después decidió ponerse de nuevo en forma y se matriculó en una academia de la localidad para iniciar su entrenamiento asistiendo con cinturón blanco, aquel que usan los que se están iniciando en esta disciplina deportiva. Algunos de los asistentes se sorprendieron, pues, conocían la trayectoria del deportista y les parecía increíble viéndolo con ese cinturón haciendo la rutina como cualquier principiante. Uno de ellos se decidió a preguntarle: “Siendo un medallista olímpico, usted debería ser quien da la clase y debería lucir su cinturón negro” pero, el respondió: “vengo a este lugar a ver que cosa nueva puedo aprender, pues, si usara el cinturón negro quizás me enceguecería y nunca aprendería nada”.
Esta podría ser una historia para compartir con aquellas personas que están sentadas en la palabra y que siempre, a pesar de que se les pueda demostrar lo contrario, consideran que tienen la razón. Ahora, por un momento piense: ¿cuál sería el desempeño de un colaborador de estos en una negociación con un cliente? Seguramente, el enfrentamiento terminaría con una baja para la empresa y la insatisfacción del cliente. Por eso, la clave del éxito en el crecimiento empresarial y profesional es reconocer que no se sabe de todo y tampoco podrá llegar a saber de todo, pues el “cambio”, hace que el conocimiento se renueve constantemente.
Una buena forma de aprender es conociendo cómo lo hacen otros, como una especie de benchmarking, por ejemplo con Jennifer Adams personalidad de los medios que atribuye su éxito al aprendizaje permanente y a la definición de los siguientes elementos claves: Ponerse metas claras y sin restricciones, rodearse de gente que complemente sus habilidades y nunca dejar de aprender, curiosamente, la gente que emprende una empresa puede ser exitosa basándose en diversas formas de adquirir conocimiento. Es así como el desarrollo de buenas relaciones puede potencializar las probabilidades de éxito, pues, nunca se sabe a quién le podamos aprender algo y eso siempre sucede con quien menos lo espera.
Otra forma de aprender es mediante el desarrollo de la capacidad de aprender a escuchar desde los empleados hasta los clientes pero hay que escuchar con los otros sentidos pues, muchas veces el mensaje queda más por: “cómo se dice” que por “lo que le dijeron”. También, puede practicar la metodología de hacer las cosas mal, pues, permite un sinnúmero de posibilidades de aprendizaje, para posteriormente hacerlas bien. Después de estas opciones esta el tema de la educación formal, pero este es tan solo uno de los eslabones de esa gran cadena que conforma el conocimiento.
Recuerde que hay que estar abierto a nuevas ideas, pues, quizás como lo dice una frase en un cuartel militar “El éxito de operaciones pasadas no segura el éxito de las futuras operaciones”. Y nos afrentamos al cambio del mercado, de los clientes, de sus gustos, de los empleados y de la competencia, así que hay que explorar nuevas formas de conocimiento para asegurar la victoria.