En el año 3.000 A.C. los babilonios recopilaban en tablas de arcilla la información de la producción agrícola y las diferentes transacciones que se realizaban y en la época de Augusto se realizó el primer censo que buscaba conocer las riquezas del imperio contando los soldados, embarcaciones y todos los recursos de las rentas públicas. 
De esas históricas épocas queda el interés de la humanidad por tener información, por eso, hoy se requiere de un poderoso musculo cuantitativo para enfrentar las exigencias del mercado lo que ha permitido desarrollar herramientas que se adaptan a cualquier tipo de empresa y mercado logrando minimizar el riesgo del ensayo – error y acertar en el proceso de tomar mejores decisiones. 
Sin embargo, gerenciar desde una oficina con la mirada acuciosa de una hoja de cálculo desconociendo el contexto del que proviene esa información es un error que conlleva a emprender acciones que generan resultados contrarios. Es por eso, que se requiere conocer la historia y el contexto en el que se obtuvo esa información para realizar los análisis apropiados que permitan enfocar las estrategias al logro del objetivo formulado. 
Para ejemplificar este fenómeno recuerdo la preocupación del gerente comercial de una marca mexicana que presionaba a su fuerza comercial para que vendieran más los productos en los supermercados porque la competencia cada día aumentaba sus ventas, hasta que decidió salir de la oficina y visitar nuestro país, para descubrir que más allá de los supermercados están las tiendas de barrio, un canal inexistente en otros países, pero que en Colombia según el último estudio del retail se demuestra que cerca del 87% de las ventas se realizan por ese canal tradicional. Y casos en los que falta humanizar los datos abundan; clientes clasificados como de alto riesgo a los que se les niegan un crédito, a pesar de que en la actualidad tienen la capacidad de pago que se requiere y cumplen con sus obligaciones, ciudades como Cúcuta que ocupan el segundo puesto en el índice de desempleo, pero que curiosamente, se llenaron de concesionarios en menos de un año y en promedio están vendiendo más de 800 vehículos mensuales.  
Así que si para interpretar la información que representan esos datos tenga en cuenta que los siguientes cinco elementos: 1. No abandone el pensamiento subjetivo, conviértalo en pensamiento objetivo, así las corazonadas posiblemente se hagan realidad. 2. Las hojas de cálculo no hablan, salga de las cuatro paredes y dialogue con los clientes, colaboradores, distribuidores y proveedores, y olvídese que usted tiene la verdad absoluta. 3. Prepárese para el “oh” o el “aja”, con el primero seguramente se sorprenderá de los resultados y con el segundo comprobara que tiene la razón. 4. No descarte los respuestas negativas, trate de profundizar en ellas escudriñe los resultados, en esas respuestas están las oportunidades que su empresa necesita. Por último, abandone el protagonismo, el objetivo de todo buen ejecutivo es buscar el crecimiento sostenido de la empresa y la satisfacción de los compradores si esas dos metas están claras será un líder inspirador y todo el equipo estará a su lado. Si usted desea hacer un comentario escríbame a mercadeoaldia@gmail.com. Gracias.