Inversiones multimillonarias se han realizado en los últimos años para satisfacer la necesidad de la gente de sentirse mejor, ahora un aumento de senos, glúteos, estatura o la eliminación de grasa, manchas en la piel, entre otra cantidad innumerable de opciones son la herramienta predilecta para elevar la autoestima de las personas. Además, logra otros efectos como: llamar la atención, atraer al género opuesto, tener más opciones para calificar en un cargo y recibir halagos de otras personas.
Viéndolo desde el enfoque del “marketing personal” esta es una excelente oportunidad para que las personas que se someten a estos dolorosos y extensos tratamientos mejoren el “empaque o presentación” del producto, sin embargo, olvidan que esta estrategia que los favorecerá notablemente no servirá de nada cuando se confronten: presentación y contenido y resulte que no concuerda ninguno de los dos elementos. Para evidenciarlo observe las sílfides y los adonis que lo rodean y verá que muchos de esos esculturales cuerpos se ven opacados por personalidades pedantes y arrogantes que carecen de amabilidad, humildad, y especialmente, de la capacidad de servir, seguramente, porque creen que gracias a sus atributos el mundo es el que debe servirles.
Lo curioso de esta realidad es que la mayoría de los procesos de selección están diseñados para conocer “el ser” y “el saber” pero no para identificar la disposición a “servir”, ya que en el momento de una entrevista todos muestran su mejor cara y en ocasiones ese empaque llega a deslumbrar a tal punto que se considera que entre la belleza física y la personalidad existe una relación directamente proporcional y la realidad es muy contraria. Sin embargo, se termina contratando gente simpática pero no empática, gente bella exteriormente pero que adolece de esa belleza interiormente, gente que le da más importancia a satisfacer las necesidades los jefes y compañeros que las necesidades de los clientes y visitantes porque consideran que los primeros son los que le pagan el sueldo y la verdad es que los clientes son los que soportan hasta situaciones incomodas para que con el fruto de sus compras se les pague la nómina.
La sabiduría popular promovía el “don de gente” que en realidad es un “don” porque por más libros, cursos y hasta talleres de coach en lo que se participe eso no se aprende. Ese carisma nace en la persona cuando se tiene la mejor disposición y energía a servirle a los demás de manera desinteresada, independientemente de la profesión, cargo, salario o posición social que se ocupe. Personas que carecen de ese “don” deberían alejarse de los momentos de verdad, sin embargo, independientemente de su género esa es la gente que se ubicada en los puestos de recepcionistas, asesoras(es) entre otros, que se caracterizan porque físicamente son muy agradables pero castigan al cliente con su negativa personalidad y actitud dejando una negativa experiencia entre los visitantes.
Tres competencias fundamentales agrupan el “don de gente”: la escucha asertiva, la orientación al servicio y la pasión. Si los equipos de trabajo que están de cara al cliente gozan de estas competencias los resultados de negocio tendrán asegurados los ingresos, la satisfacción y la fidelidad en los clientes. Si desea hacer un comentario escríbame a: mercadeoaldia@gmail.com. Gracias.
5 Comments
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se puede decir que hay empresas que buscan empleados con imagen agradable hacia la vista de los clientes dejando atrás sus conocimientos y sobre todo la parte humana en la cual va enfocado estos cargos olvidando que son la parte principal o primordial de compañías porque son el ´primer contacto con los visitantes.
El pensamiento positivo y la mentalidad de campeón como una de las armas más poderosas del ambiente organizacional; que pueden propulsar al éxito a las organizaciones. Sin desconocer que la preparación educativa y la experiencia adquirida por el diario apogeo tanto en el ámbito personal como laboral son muy importantes en el momento de la toma de decisiones, si quiero resaltar que lo dos factores nombrados no te van a Garantizar la capacidad de pensar objetiva y positivamente para aplicarlo de manera favorable al diario vivir.
con respecto al la atención y buen servicio en mi empresa creo que se esta tratando mal al cliente pues lo están viendo como un objeto de compra y no de satisfacer su necesidad solo ven el signo pesos. una gran falencia de nuestro gerente ya que con su actitud parece que no le importa si no vender.
El mercado actualmente nos está mostrando la estética corporal como una solución y alternativa de cambio para embellecer la apariencia física, dando gran importancia al empaque dejando atrás la esencia del ser humano, esta bonanza no distingue genero pues vemos día a día como tanto hombres y mujeres se someten a estos tratamientos, no quiero decir con ello que la estética sea nocivo para el ser humano, es un medio importante para vernos siempre bonitos,, pero pensemos en un momento que tan "BONITOS" queremos ser.. la verdadera belleza proviene de nuestro interior,, ser "Bonitos" es mostrar nuestro lado amable, confiable, eficiente. En el mercado actualmente encontramos gran número de personas bellas por fuera pero totalmente huecas en su interior,, pareciera que al practicarse estos tratamientos se les desconectara el chip del "don de gente", pues generalmente se convierten en personas altivas, al interior de las empresas actualmente se está trabajando por rescatar la parte humana para colocarla al servicio de los clientes, la competencia en el mercado laboral cada día es más exigente no basta con tener un buen físico, altos conocimientos; si carecemos de dones interiores que nos permitan sobresalir del grupo.
Fácilmente se podría decir que, quien cumpla con el "don de la gente" y poseer un buen empaque, tendría una herramienta indiscutible de trabajo que beneficiara a la organización si se ubica en el puesto correcto.