Ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el ojo propio siempre es muy fácil. Por eso, hacer una autoevaluación de la calidad del servicio que se ofrece al cliente debería ser una tarea diaria que generará oportunidades de mejoramiento para lograr la satisfacción del visitante. Hoy, tiene la oportunidad de finalizar esa autoevaluación para que haga sus propias conclusiones.

__ ¿Se apega a las normas laborales y para seguir los programas de salud y seguridad en el trabajo no atiende a los clientes hasta que no esté cómodamente bien sentado?

__ ¿Para cuidar la salud y lograr una mayor productividad prefiere comer en el puesto y seguir atendiendo al cliente, lógicamente, evitando hablar con la boca llena?

__¿Ha utilizado frases como “nosotros lo llamamos” o “en un minutico le atendemos” para que el cliente se antoje más del producto o servicio que quiere comprar?

__ ¿Cuándo se para en la entrada de la empresa deja que la señalización haga su trabajo y oriente a los visitantes, pues, ellos no son bobos y saben leer?

__ ¿Al recorrer las instalaciones y observar un papel en el piso acude rápidamente donde la persona encargada para decirle que haga bien su trabajo?

__ ¿Sabiendo la importancia de la jerarquía organizacional y el respeto a los jefes prefiere dejar de atender a un cliente cuando un superior necesita que le dé alguna información?

__ ¿Ha quitado la etiqueta del precio de un producto cuando observa que el comprador puede pagar para beneficiar a la organización?

__ ¿Considera que hacer sahumerios y riegos, o poner herraduras en la puerta, matas de sábila, entre otras, son estrategias que aumentan las ventas y la satisfacción del cliente?

__ ¿Para no pagar la comisión a una entidad bancaria ha evitado poner el servicio de pago con tarjeta de crédito o débito?

__ ¿Al ser trasportado en un vehículo de la empresa aprovecha cuanta oportunidad se presente para decir piropos a los transeúntes y dejar en alto el nombre de la organización?

¿Cómo le fue? Si logró una sola respuesta positiva es hora de analizar su disposición a servir, es decir qué tan útil es usted para la empresa y los clientes. No sé de golpes de pecho y menos culpe a la organización, emprenda un plan de acción en cada una de las respuestas positivas antes que la empresa identifique que usted podría ser un excelente candidato para recomendar en la competencia.