Existe una enorme diferencia entre ser líder (lo que requieren las organizaciones modernas) y ser un simple jefe que se limita a cumplir directivas superiores y buscar que su personal haga lo requerido. El líder es alguien respetado, admirado y seguido por su equipo de colaboradores. Él construye las mejores condiciones para que la empresa avance, dando siempre ejemplo, diagramando y poniendo en práctica proyectos de inicio a fin. Él sabe interpretar lo que pasa dentro y fuera de la empresa, y logra, merced a su dinamismo, visión emprendedora y enorme capacidad de gestión, tornar sumamente competitiva a su compañía. Por eso, el verdadero liderazgo está tan solicitado en el mundo de negocios moderno. A continuación siete sugerencias para mejorar el liderazgo.

1) Desarrolle una poderosa fuerza de voluntad. El secreto para lograr las cosas en la vida pasa, muchas veces, por una férrea voluntad. Una gota de agua que cae sobre la roca puede, humildemente y con tesón, perforar la piedra. Sea, entonces, como el agua, dúctil, renovada y tenaz, sobre todo tenaz. Nuestra voluntad marca la diferencia entre llegar a la meta, o desanimarnos y desistir.

2) Busque potenciar las fortalezas y subsanar los defectos. Sufrir por lo que carecemos, en vez de ver nuestras fortalezas (y todo lo que podríamos generar con ellas), sólo nos llevará a la inacción. Todos tenemos puntos fuertes y débiles; potenciemos los primeros y corrijamos los segundos. Apoyémonos en lo que hacemos mejor, buscando oportunidades para aprovechar nuestras fortalezas.

3) Festeje sus triunfos y aprenda de sus errores. Los éxitos constituyen un poderoso estímulo. Pero, de los errores se aprende, y mucho, si los tomamos como escalones necesarios para ascender a la meta. Aquí no caben la soberbia, el amor propio herido y, mucho menos, la negación. Hay que aceptar las fallas, preguntándonos qué pasó. Luego, convocar a aquellos que puedan brindar solución, ideas e iniciativas para mejorar, a reuniones especiales, y trabajar sobre el problema.

4) Aprenda a ver oportunidades en momentos de crisis. ¿Crisis u oportunidad? Depende en buena medida de nosotros. En toda crisis surgen facetas para explotar, sea en el país donde esté asentada la empresa, o bien mirando al extranjero para, por ejemplo, exportar u otorgar franquicias o licencias.

5) Confíe en sí mismo, y no dude de sus posibilidades y aptitudes. Quien a cada paso se cuestiona, duda de sí mismo y no confía plenamente en sus cualidades, lleva consigo el peor demonio de cara a su vida profesional y personal. Porque esta falta de confianza le impedirá desarrollarse y potenciar sus dotes.

6) Tenga un fuerte espíritu comercial. Condición primordial en todo buen directivo. Busque nuevas posibilidades de negocio, sea expandiendo su gama de productos, accediendo a nuevos mercados o explotando posibilidades generadas en determinados contextos que sean rentables. No tema vender, pues, es una de las facetas necesarias en su actividad.

7) Sea una persona organizada y cuantifique sus esfuerzos. Planificar constantemente es un requisito esencial. No se elabora un Plan de Negocios sólo al inicio de la empresa, o cuando se debe presentar ante un posible inversor; se planifica siempre. Debe hacerse tiempo para ello. Pero además, sea metódico y ordenado. Y no diga “debo vender más”, pues, eso no constituye un objetivo; a lo sumo, es una expresión de deseo. Cuantifique y ponga plazo a cada objetivo. Por ejemplo, diga “debo vender el 20% más, de aquí a seis meses”.

Pasada esta Semana Santa, tiene herramientas para salir a enfrentar este mundo competido, deseoso de que usted sea un verdadero líder.

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