La principal queja de los anunciantes es que cuando realizan una inversión publicitaria no saben que beneficios ha generado porque la mayoría le atribuye como único resultado un incremento en las ventas olvidando que puede generar aumento del posicionamiento que sería más valioso para anclar la marca en la mente de las personas y como consecuencia se pueda estimular la intención de compra. Además, recuerde siempre que la publicidad es sólo una parte del paquete promocional y que sin unos objetivos claros, son seguridad, seguirá gastando dinero y no invirtiéndolo como es el principal objetivo de la comunicación publicitaria. Es importante resaltar que los objetivos deben ser fijados de acuerdo con los objetivos generales de la estrategia de mercadeo o ventas y que a su vez se deben relacionar directamente con los objetivos generales de la empresa.

Por lo general, hay tres grandes categorías de objetivos publicitarios que una empresa puede fijarse según busque informar, persuadir o recordar al público que le interesa. A continuación se detalla cada uno de ellos para que pueda a futuro optimizar su esfuerzo de comunicaciones.

La publicidad informativa busca hablar al mercado sobre el producto, explicar cómo funciona, informar sobre precio y crear conciencia sobre el producto y la compañía. Esos objetivos se persiguen generalmente para el lanzamiento o relanzamiento de un producto o la renovación de un producto existente. Después de identificados los objetivos publicitarios, deberá fijar el presupuesto. Decidir cuánto debería invertir en publicidad una compañía para lograr el deseado nivel de ventas, es más arte que ciencia. Por lo general, la decisión se basa en experiencias publicitarias pasadas y las ventas que lograron a continuación.

Factores que influyen en la decisión sobre presupuesto. Primero: Definir la etapa de su ciclo de vida en que se encuentra el producto. Productos nuevos en su etapa de lanzamiento requieren mayor gasto de publicidad para crear reconocimiento e instar a los consumidores a probarlo. Cuando esos productos han llegado a su madurez, necesitan menor presupuesto para llegar al nivel de ventas deseado.

Segundo. La competencia. El número de competidores que hay en el mercado y la inversión que hacen en publicitar los productos rivales dan una idea de lo que hay que gastar: lo mismo o más.

Tercero: La diferenciación de producto. Un producto muy similar a otros en el mercado puede necesitar mayor gasto publicitario para diferenciarlo de sus competidores.

Estos sencillos pasos pueden ser de ayuda para que el dinero de comunicación sera invertido eficientemente y las metas se cumplan. Además, con este tema Mercadeo al día hace su aporte al desarrollo empresarial.