Uno de los principales problemas de la gente, especialmente de los ejecutivos, es el temor a tomar decisiones porque siempre se la pasan analizando infinidad de factores para tomar la decisión ideal y evitar el fracaso. Algunos, quisieran que el miedo desapareciera para no tener que experimentarlo pero el verdadero ejecutivo, ese que en este momento está leyendo este artículo, es el que tiene la capacidad de emprender acciones enfrentando el miedo a lo desconocido. Siempre he considerado que existe una voz interior que es la que nos alienta a enfrentar el futuro y que requiere de gran dosis de pasión por lo que se hace para que los resultados sean exitosos más allá de estudios y personas que promueven tendencias y proyecciones pesimistas.

Enfrentar el futuro es comprender el entorno y aprovechar las oportunidades que se presentan. Es tener bases sólidas que se pueden lograr gracias a la formación académica, al conocimiento de un sector, de un negocio o de una actividad. La combinación de este conocimiento con la pasión de la voz interior puede potencializar cualquier iniciativa. Sin embargo, dejar de escuchar la señal de las entrañas puede conducir a la pérdida de pasión y el fracaso llegará. Esto es más fácil de entender con la siguiente historia. Había una vez un hombre que vivía al lado de una carretera y vendía unas ricas albóndigas con pan. Estaba muy ocupado, por lo tanto no oía radio, no leía periódicos, ni veía televisión. El lugar era alquilado, tenía un gran letrero en la entrada y anunciaba su mercancía gritando a todo pulmón: “Compren deliciosas albóndigas calientes”. Y la gente se las compraba.

Con el paso de los días aumentó la compra de pan y de carne, para poder satisfacer la demanda, alquiló un local más grande para ocuparse mejor de su negocio y atender más visitantes. Trabajó tanto que dispuso que su hijo dejara la universidad donde estudiaba Ciencias Comerciales a fin de que le ayudara. Sin embargo, ocurrió algo importante, el hijo le dijo: “Padre, ¿no escuchas radio, no lees periódicos y ni ves televisión? Estamos sufriendo una grave crisis en todo el mundo. La situación es realmente mala; peor no podría estar”.


El padre pensó: “Mi hijo estudia en la universidad, lee prensa, ve televisión y escucha radio. Sabe entonces lo que dice”. Decidió en ese momento comprar menos pan y carne. Quitó el cartel de la entrada, entregó el local aledaño y así dejó de pagar el alquiler bajando los gastos y ya no anunció a todo pulmón sus ricas albóndigas con pan. Las ventas fueron disminuyendo cada día más. Después de un tiempo, el negocio estaba realmente afectado “Tenías razón hijo mío”, le dijo al muchacho. “Verdaderamente estamos sufriendo una gran crisis”. Moraleja: Si nos programamos para fracasar, fracasaremos. Si nos mentalizamos para ganar, ganaremos. Es una simple elección personal. En estos tiempos distintos, asumamos que hay muchas oportunidades esperando por nosotros, sigamos la voz interior y enamorémonos fervientemente de lo que queremos lograr, nada ni nadie serán obstáculo.