Por esta época en la que se habla a diario de transformación y reinvención, entre otros calificativos, que buscan resaltar cómo han reaccionado las marcas a la actual situación de mercado, vale la pena resaltar que estos conceptos no son nada nuevo, es una parte fundamental del proceso de una empresa que quiera mantenerse vigente, pues, al cambiar las variables conocidas se genera una disrupción que requiere de ajustes no solo de la estructura, los productos o servicios, sino, especialmente de la manera de pensar.

Dejándome llevar un poco por tanta publicación curiosa, tomó la transformación digital de las empresas, que se aceleró no tanto porque estuviera en el radar del corto plazo o en la mentalidad del ahora de los ejecutivos de alto nivel, sino porque la pandemia, se convirtió en un reto al que le apostaron las marcas que hoy presentan cierta recuperación, y aquellas que no asignaron los recursos, desafortunadamente, cada día que pasa pierden más participación o ya cerraron. Por eso, las cosas hay que llamarlas por su nombre, y quién más que la naturaleza para darle sentido a los fenómenos que nos impactan.

Yo, la verdad, no creo en reinvenciones o transformaciones, en otros escenarios he planteado el concepto de r-evolución, aquel en el que nos desprendemos de algo para pasar a un nuevo estadio, y esas r-evoluciones, son las que han generado los grandes cambios de la humanidad; un ejemplo: la libertad de tantos países latinoamericanos, al liberarse del yugo español.

Esta realidad me da la certeza de que las empresas viven en medio de los fenómenos naturales el de rotación y el de traslación, sí, efectivamente, como los movimientos de la tierra. Esos movimientos son los que han estado enfrentando las marcas en los últimos meses.

El primero, es el de rotación, que obviamente, hace referencia a que las empresas giran entorno a su propio eje, que las lleva en muchas ocasiones a mantenerse dando vueltas sin parar haciendo lo mismo, quizás, porque el statu quo en el que están les impide cambiar el sentido de su rotación o detenerse a pensar cuál es el eje sobre el que deberán rotar para que los resultados les permitan crecer sostenidamen
te.

El otro, es el fenómeno de traslación, que está representado en el movimiento que hace que una empresa orbite en torno a un objeto con una distancia constante, el símil de ese objeto, corporativamente, es el cliente o los mercados que atiende la empresa, que una vez cambiaron sus comportamientos, las marcas más avezadas, tomaron medidas y decidieron cambiar de órbita, tomando decisiones radicales de cambiar su oferta de valor para adaptarse a un cliente (órbita) diferente.

Por eso, en esta época, las marcas que siguieron girando en torno al mismo eje ya no están, y las que decidieron cambiar de órbita le dieron un nuevo significado a su propósito corporativo para adaptarse a ese nuevo eje y no quedarse obsoletos, sino por el contrario encontrar oportunidades, pensando y actuando diferente.

¿Y en su empresa cuál movimiento están convirtiendo en oportunidad?

Artículo publicado en Portafolio: https://www.portafolio.co/opinion/juan-carlos-quintero-calderon/rotacion-y-traslacion-corporativa-546277