En una de las escenas de la película Matrix recargado, el agente Smith se desconecta del sistema para emprender un nuevo propósito y encara a Neo, diciéndole que “No estamos aquí porque somos libres. Estamos aquí porque no somos libres. No hay razón para escapar, sin negar el propósito. Porque como ambos sabemos sin propósito, no existiríamos”. 

Ahora, el antagonista, representado por el agente decide desconectarse de la matrix porque no encuentra propósito en su trabajo y al revelarse persigue una nueva causa liberándose de su “esclavículo” que podría ser la analogía de un carrusel de feria en el que giramos laboralmente entorno al mismo eje para mantener nuestro statu quo, un carrusel en el que las empresas convierten en una verdadera utopía su ambición de tatuar a sus colaboradores el propósito corporativo que en la mayoría de los casos dista mucho de lo que dicen y hacen. Por ejemplo, hablan de responsabilidad y no pagan a tiempo, contaminan el planeta, y sacrifican a los colaboradores, para mantener los márgenes financieros con la intensión de generar los mayores rendimientos para los accionistas.

Podríamos creer que la decisión sería desconectarse para encontrar el propósito, pero, por favor, piénselo bien y evite hacer su aporte a los altos índices de desempleo del país, no quiero ser tildado como el promotor de renuencias masivas, porque de eso no se trata, bien lo decía una persona que asistió a una de mis conferencias “mi propósito no es ser independiente o emprender, (es decir, desconectarse) me siento muy feliz donde trabajo”. Y ese que, independientemente, del desempeño laboral o profesional, interiorizar ese concepto es como tener en la mano la chispa suprema o divina, un oráculo, el culmen o como quiera llamarle a ese máximo nivel de sabiduría que regirá la vida, pues, esta necesidad humana que tiene sus raíces en el latín <propositum> es el ánimo o intensión de hacer algo o no, dándole sentido a la existencia con una cercana relación con la felicidad.

Sin embargo, he conocido, en estos 50 años, innumerables personas que con lágrimas en sus ojos, e inclusive de avanzada edad, manifiestan no haber encontrado su propósito, erróneamente creyendo, que solo tenía que ver con el ámbito laboral. Así que no se trata de ser independiente o empleado, se trata de debatirnos entre si estamos haciendo las cosas correctas o estamos haciendo correctamente las cosas, ya que en últimas siempre estaremos conectados a un sistema, y tener identificado el propósito permitirá ver la vida con una mejor perspectiva.

Definir el propósito está ligado al anhelo de permanencia, a que nuestro nombre deje un legado, en un mundo cambiante haciéndole un aporte significativo por ser recordados, pero, que contribuya a lograr, como se menciona en uno de los párrafos de la declaración de independencia de los Estados Unidos “la búsqueda de la felicidad” ¿Y tú, tienes claro tu propósito de vida, esa misión sublime por la que cada mañana eres catapultado de la cama a entregarle toda tu energía?

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