Recuerdo que hace años las formas de comercialización se limitaban a utilizar el pensamiento subjetivo; es decir, a confiar en una corazonada para emprender una estrategia, y se confiaba en la suerte para esperar resultados positivos. A veces, con una carta bien elaborada era suficiente o si se quería lograr un alcance masivo la inversión en medios requería de confiar en la buena fe del asesor, pues, en esa época todo medio de comunicación que se visitaba era el primero en audiencia, claro que eso en algunos casos todavía sigue sucediendo. Después de la selección del medio ideal, se tomaba una escopeta de perdigones y se iniciaba el ataque en el que se disparaba a todas partes con la esperanza de que alguien escuchara, viera o leyera la pieza publicitaria y después, a orar para que ese potencial consumidor se animara a comprar.

Otros juguetes se han utilizado para lograr una de las consecuencias de hacer mercadeo, payasos parados en la puerta “espantando a los transeúntes”, camiones donde al ritmo de una música bailan unas jóvenes arrojando muestras del producto, volantes en la calle que por su diseño y el atractivo que ofrecen al lector terminan en la basura, cuñas en emisoras y comerciales de televisión sin audiencia cuando la gente encuentra la publicidad y decide cambiar la señal del dial o del canal, hojas de promociones puerta a puerta que por la premura de quienes los entregan terminan siendo usados para limpiar los vidrios igual que los mensajes impresos, pero, y ahora que se mencionan las estrategias alternativas o “btl”, muchos ejecutivos andan inventado cualquier bufonada para llamar la atención. Y no se puede dejar de lado a los encuestadores mal capacitados que por ganarse unos pesos disfrazan los resultados sin interesarse por hacer bien el trabajo.

Estas verdades cada día van desapareciendo, con la salida al mercado de más y mejores juguetes para que los ejecutivos de mercadeo hagan bien su trabajo y eso se vea reflejado en ventas, rotación de productos, posicionamiento, participación y hasta la generación de vínculos emocionales de la gente con la marca. Algunos de esos juguetes son: herramientas para recolectar la información de investigaciones de mercados en tiempo real y apoyados por sistemas de posicionamiento global o “GPS” para ubicar el entrevistador garantizando que la muestra que se toma sea la que se requiere o para que una empresa de transporte le informe al cliente dónde va la mercancía. Programas para la tabulación de información que agilizan el análisis y la presentación de datos ahorrando tiempo en la utilización de fórmulas, cruces de variables y producción de gráficos. Herramientas que hacen eficiente el trabajo de los teleoperadores que van desde diademas inalámbricas hasta dispositivos que permiten un mejor aprovechamiento de los recursos y calidad de las llamadas garantizando información homogénea que se puede auditar rápidamente.

Esos juguetes tienen valores que asombrarían al área financiera y les harían emitir juicios como: “esos de mercadeo sí malgastan la plata de la empresa”, pero, si no se comprará, por ejemplo, una investigación sobre el hábito de consumo de medios de la gente con seguridad el postulado de finanzas se daría y el dinero se gastaría. O mejor aún, si los empresarios compraran publicidad por amistad y no se vieran los resultados el primero en salir despedido sería el de mercadeo, seguido del de finanzas, lógicamente, después de liquidar la empresa por falta de ventas. Y juguetes banales como las blackberry para recibir mensajes de texto y correos electrónicos sin necesidad de prender el computador, portátiles con conexión satelital a internet para entrar al servidor de la empresa desde cualquier lugar y hora; además, del vídeo beam para hacer las presentaciones a los ejecutivos de la compañía, un “I pod tv” para mostrar a los clientes la nueva publicidad de la empresa, memorias USB, no puede faltar el Blog o el sitio web donde está la información que se requiere. Por eso deciden por ahí que el área de mercadeo es la que más recursos necesita para lograr mayor efectividad, ¿Ahora, en cuánto se incrementaría el costo de no asignar los recursos, o, mejor aún, de no hacer mercadeo?

Denuncia de la semana de mal servicio al cliente. Por qué en esta época de modernidad en la que los programas para computadores son tan sencillos de usar y hasta se consiguen gratis hay empresas que aún trabajan en DOS y tienen una base de datos grabada en una sola unidad y si el cliente visita otro local tiene que volver a dar los mismo datos del local donde compró primero. Además, para qué le piden esos datos, será solo para cumplir los requisitos de la Dian con respecto a la facturación, o será que los usan para avisarle cuando haya una promoción especial, nueva mercancía o felicitarlo en el día de su profesión.