En infinidad de escenarios se promueve el liderazgo como una herramienta, que para algunos funciona como si fuera una quimera, palabra que viene del latín Chimaera que significa animal fabuloso, es como si se pensará que ser líder es hacer parte de una historia de ficción, fantasía o una ilusión con la que nuestro desempeño mejoraría, sin embrago, muy poca gente estudia este concepto para ejercerlo de la mejor manera, y otros, por el contrario, nunca lo estudian pero lo ejercen de una manera tan errada que vale la pena reconocer, lo que no debería ser un líder en la actualidad. Así que espero lo disfruten y piensen en esa maravillosa persona que es su referente de lo que no debería hacer nunca.

Estas personas suelen estar al frente de talentos a las que le encanta estar supervisando en todo momento, más en esta época de pandemia, inventando cuanta reunión puedan solo para verlos conectados, porque consideran que su posición les da esa autoridad, para que más que inspirar respeto, puedan mostrar el poder propio que emana su nivel jerárquico, logrando intimidarlos con sus órdenes en cada momento. Hasta aquí, estoy seguro que ya tiene en la mira a unos cuantos que podrían ser un fiel ejemplo de nuestros conquistadores, en la época del descubrimiento de América.

Con personas como ellos, que se atribuyen los logros de los demás y les encantan los favoritismos, y creen ciegamente que nadie se da cuenta, pero son tan evidentes que esas preferencias son como letreros que salen de su espalda, es que las empresas se estancan, especialmente, porque a esos favoritos, de su minúsculo circulo de adeptos, les aplauden, hasta las cagadas que hacen, y corren a limpiar el desastre, preferiblemente, responsabilizando a aquellos que le caen mal, no por malas personas o por ineptos, sino porque temen a sus talentos, ideas o personalidad, además, de ser esos que piensan diferente y nunca se ríen de los chistes malos que cuentan, por eso los cuestionan, limitan y buscan todas las alternativas posibles para que nunca puedan crecer.

Con base en ese maravilloso listado de cualidades, podemos identificar, tal cual, líder de la colonización española que podría estar siendo representante de “La Mita” o “La Encomienda” azotando, indígenas y esclavos, para que los reyes de España aplaudan sus logros nombrándolos con títulos como: lord, conde o virrey que a nadie le importan, solo a ellos para enriquecer su putrefacto ego.

Afortunadamente, ya no estamos en esa época, y como bien lo dice la historia, su ejemplo, nos invita a no repetirlo, y a pensar, que quienes tenemos madera de líderes tratamos con personas, con seres humanos con sentimientos, con gente valiosa que merecen respeto y admiración, pero, especialmente, buen trato, y aunque eso, no siempre será reciproco, si podremos caminar con la frente en alto sabiendo que cumplimos con nuestra misión inspirando, iluminando e impregnando a nuestra gente, ese ADN, que hace cada uno de nosotros, nuestra marca o empresa sea diferente, prospera y admirada por los demás.

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